lunes, 31 de diciembre de 2012

¿Qué decir del país para este 2013?

Primero que nada, que mientras no se resuelva lo de los gringos y el abismo fiscal estamos jodidos. Igual estamos jodidos en nuestra dependencia así que tratemos de ver un poco más allá. Demos por hecho un nuevo ciclo de crisis o un agravamiento de la existente, y veamos:

Circo, circo por donde veamos.

2012 fue un año de circo político. Comience por donde quiera: diputados transformer, hombres de maletín, maitros de guayabera, etcétera. Prepotencia por donde se vea y cinismo de pacotilla. Campaña adelantada tenemos desde siempre y nomás falta ver cuando se tire al ruedo Saca. ARENA va seguir en su línea de intransigencia y enrocamiento al igual que el Frente, que va seguir usando la baza de su vínculo con GANA que deberá ver como sobrevive porque no parece claro que por voto popular vaya a ir más allá del logro alcanzado este año.

El tema de los subsidios va a ser jodidísimo. Yo apuntaría a que la realidad va caer como losa y que por ende va caer el del pasaje y el del gas. Pero el populismo preelectoral puede pesar y que se rebusquen por una refocalización que, como ya vimos antes, ha sido complicada en su aplicación y no ha representado un verdadero ahorro.

Por las intenciones de profundizar las medidas de inversión social, habrá que ver cuál es el plan de inversiones del gobierno para sostener esto. El endeudamiento es alto, sea quien sea que lo haya generado y en qué nivel. Lo importante será ver que servicios se prestan a los sectores más vulnerables sin que esto dependa del financiamiento internacional para ello, y cómo se profundizan reformas que den sostenibilidad a la inversión social. El asunto es que todo esto va amarrado al circo partidista - puesto que de discusión profunda sobre hacia done y cómo vamos es imposible que entre en la verborrea de los políticos - y ahí se entrampa cualquier posibilidad de generar condiciones.

¿Más milagros?

La tregua entre las pandillas y su consecuente negociación con el gobierno se acerca a su primer aniversario, con cifras que hablan de cierta efectividad de la misma en una de las dimensiones en que el fenómeno de las pandillas afecta a la sociedad nuestra. El desconcierto nos ha acompañado a todos en esto, pues al ser una medida surgida entre sombras y de una manera sorpresiva, ni a los sectores más avanzados en su trabajo con estos grupos ha tomado con algo entre manos. Al no ser - al menos a ojos públicos - un proceso típico en el que poco a poco se va profundizando un diálogo que conlleva a acuerdos cada vez más efectivos y comprometidos, es difícil intuir qué pueda pasar.

Y es que ni siquiera estamos de acuerdo en cómo asimilar este proceso. A casi un año persisten las dudas y la suspicacia al respecto. No hay confianza en los actores, no hay confianza en el proceso y ni hay confianza en los resultados tan contundentes en cuanto a los asesinatos. La literatura sobre procesos de paz señala la construcción de confianza como un punto clave en los procesos de diálogo y pese a la baja en los asesinatos esto es lo que menos se ha trabajado. Se han presentado propuestas atrevidas como los municipios santuario y los centros de trabajo para ex pandilleros pero no existe el clima de confianza que permita introducir la discusión ni al nivel más mínimo.

Todo el mundo parece saber que esto puede romperse tan fácilmente que la ventanita de oportunidad que se ha abierto nos ha agarrado a todos silbando en la loma. Por otro lado, el condicionamiento que supone el inexistente clima de diálogo entre las fuerzas vivas del país, tanto políticas como de sociedad civil vuelven un laberinto este proceso de paz, tan necesario y crucial por su potencial para resolver un problema que ha venido marcando la vida de la posguerra.

Sumado a la inexistencia del diálogo como base para la búsqueda de consensos, la ausencia de transparencia en la gestión de los acuerdos y la falta de confianza está también un imaginario social construido sobre la lógica dicotómica de ellos-nosotros en que venimos desde antes de la guerra civil. Este discurso de buenos/malos, amigos/enemigos zampado a base de garrote y medios de comunicación hasta en la sopa vuelve oscuro el panorama para unos acuerdos agarrados con alfileres. Mi temor es que esto se rompa y entonces el espacio abierto se nos vuelva algo más inmanejable por la consiguiente ruptura de la confianza del sector pandilleril, lo que podría volver complicadísimo el trabajo de por sí difícil de prevención de la violencia y el trabajo con jóvenes en situaciones de alto riesgo social.

De milagroso no tiene nada el proceso, el milagro va ser si se logra conjuntar a la sociedad o a una parte de ella para apuntalar el mismo y marcar un ritmo que convenga al interés de las mayorías y que responda a la  necesidad de reconciliación social y de cumplimiento de la justicia en todos los niveles que requiere la paz.

Narco, narco y más narco

Recordaba que hace un par de años atrás puse por acá mismo que el poder del narco se iría haciendo más y más evidente en ámbitos más allá de los abusos a los migrantes. Esto sigue siendo una realidad, aunque ahora hablamos un poquitito más de ello. El tema tiene más aire en los medios aunque no en un carácter de investigación profunda. El tema sigue en mucho en la sombra, y mientras siga así su interferencia para nuestra sociedad se volverá más complejo.

El peligro de volvernos un narcoestado está bien presente ante la cercanía del período electoral y la ausencia de una ley de partidos políticos que obligue a transparentar el origen de los fondos de la campaña electoral. Esto sin contar además con una institucionalidad fuerte e independiente, no vinculada a un arreglo partidario: nada de contraloría eficiente de la Corte de Cuentas de la República al patrimonio de los funcionarios públicos, nada de una Fiscalía General que en efecto persiga el delito en los niveles más altos, que es donde suele enquistarse las argollas de las que van pendiendo todo lo que conlleva el tema del narcotráfico. El panorama es triste ante un monstruo de muchas cabezas.

¿Cambio? ¿Esperanza? 

La prueba del tiempo nos pone enfrente la realidad: las cosas siguen como antes porque seguimos haciendo y dejando que se haga lo mismo. Eso. ¿Qué hace de diferente Ud. o yo para que esta sociedad cambie? Quejarse, bien. ¿Qué más?  Adquirir conciencia del país en que vive más allá de la propaganda turística, conocer sus contradicciones, su historia, sus injusticias es un buen paso siempre. Conocer el lugar que ocupamos en este espacio para que las cosas funcionen como funcionan es otro bueno.

Empezar desde ahí, a cambiar este desvergue, encargándonos del pedacito de realidad en que nos toca vivir, aspirando a dejar una buena huella en la gente que nos rodea. Seamos nosotros el cambio y la esperanza que se necesita en el mundo que nos toca vivir.

Nomás eso. Como todo propósito de año nuevo suena tan fácil, pero lo volvemos tan difícil luego. Intentémoslo una vez más, por nuestro bien.

Feliz 2013 a todas y todos. Gracias por venir a leerme.

Un abrazo

Víctor

lunes, 24 de diciembre de 2012

Feliz Navidad

Hoy cuando se piensa en hacer regalos de Navidad ¡Cuántos marginados en quien nadie piensa! Piensen ustedes los marginados, ustedes los que se sienten que no son nada en la historia: "sé que en Dios soy un pensamiento". Ojalá mi voz llegara a los encarcelados como un rayito de luz, de esperanza de Navidad; para decirles también a ustedes los enfermos, a ustedes los ancianitos del Asilo Sara, a ustedes los enfermos del hospital y de los hospitales, a ustedes los de las champas y de las barrancas, a ustedes los cortadores de café que están tratando de recoger su único ingreso para todo el año, a ustedes los torturados, que en todos ustedes ha pensado el consejo eterno de Dios. Los ama, y como María, encarna ese pensamiento en sus entrañas. Tienen ustedes también una madre como yo siento la alegría de tener en Navidad una madre que me enseña el camino hacia mi hermano Jesús, la Virgen María. Sintámosla así queridos hermanos, hermanos de verdad, porque todos estamos sin distinción ni categorías sociales, sin hombres de primera clase y de segunda clase, a la altura del corazón de Dios, todos a la altura del corazón de la Virgen. Nos ama y pensó en nosotros.

Monseñor Romero, homilía del 24 de Diciembre de 1978. 

Navidad, más allá de la bulla y el brillo del comercio sigue siendo el momento de recogerse y pensar en la humildad de aquel lugar donde nació Jesucristo. Un Jesús que fue tierno, frágil, dependiente de sus padres como cualquiera de nosotros. Desde esa fe, algo maravilloso que se extiende desde aquel pesebre, hemos de pensar que el verdadero lugar donde está la navidad es ahí donde están los apartados, los excluidos por el mundo que hemos construido. La cárcel, la frontera, la calle, el asilo, el hospital, y otros tantos lugares donde nos volvemos frágiles como lo fue el mismo Cristo. Ojalá y cada quien eligiéramos uno de esos lugares o, mejor aún, eligiéramos este lugar que es también tan frágil y trabajáramos por hacerlo un poco más acogedor, sin apartar a nadie, ni a las mulas ni a los bueyes. 

Feliz Navidad a todas y todos.

Víctor

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Siempre el "por qué".

Mucho de mi trabajo tiene que ver con ir tomándole el pulso a las intervenciones que hacen varios equipos de trabajo. Valorar los resultados obtenidos contra los resultados esperados, determinar tendencias, y sobre todo, saber explicar por qué tenemos esos resultados.

El asunto es que aprendí, proceso terapéutico de por medio, a que el porqué se vuelve vacuo y que lo correspondiente, lo que mueve, es un "para qué".

Y ahí me encuentro, en el punto medio del proyecto al que estoy asignado, intentando equilibrar los por qué con los para qué, intentando dar sentido a cosas que por diseño se limitan a buscar cierto objetivo pero que deberían circunscribirse a algo más alto y trascendente.

Pienso en esto, en la gente a la que nos debemos. Pienso en cómo desde sus expresiones a veces tan simples nos botan el esquemita con el que llegamos en plan de seudoconocedores, con la arrogancia de nuestros indicadores y metas altas mientras ellos requieren un saber estar que es difícil de encasillar en una cadena de resultados o en los rubros de un presupuesto.


lunes, 29 de octubre de 2012

Quijano, el reordenamiento y la gestión de conflictos.


Pintando al país como una salvaje danza macabra llena de ultraviolencia que se va hundiendo en la mayor hecatombe financiera del mundo mundial,  el actual alcalde capitalino y candidato a presidente por ARENA ha andado por España y otras tierras tirando del repertorio más tradicional de la ultraderecha salvadoreña (incluso haciendo un guiño al petate del muerto de la amenaza comunista), desflorando los ejes de su mensaje de campaña en medios internacionales (1 y 2) mientras, en el país, ejerce su particular manera de gobernar la ciudad  - con espectacular  y prolongado despliegue mediático incluido - desalojando  varias calles del centro de la capital de ventas informales. 

Debido a que su actuar como alcalde es su plataforma de cara a las presidenciales, hemos de entender que su actuar en este cargo es lo que habremos de esperar en él como presidente. Así, procedo a leer este nuevo capítulo de sus acciones de reordenamiento del centro de la capital como una muestra en pequeño de lo que veremos en él en caso de llegar a ser el gobernante de nuestro país. 

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El reordenamiento, entendido como ha sido y ejecutado como ha sido deviene en nuevas maneras de comercio informal, reacomodamiento de las mafias de vendedores y traficantes, desplazamiento de estos a nuevos territorios, y lo peor, una tensión creciente en la relación de los vendedores informales y su entorno. Visto lo visto hasta hoy en el centro, y ya con algunas intentonas de reordenamiento con más o menos diálogo cosmético de por medio, podemos esperar que el desorden sólo se transformará una vez más. Mientras, el circo mediático habrá dado cuenta del efecto inicial de la audacia del político y escasamente pondrá atención a sus consecuencias en el futuro. 
De formas a formas de resolver el conflicto

El peor ejemplo de cómo gestionar un conflicto social como el de las ventas informales y su secuestro de las vías públicas es justamente el que nos ha traído en una ocasión más el actual alcalde. El reordenamiento del centro histórico se ha vuelto un asunto de batallas campales, poner barriles a diestra y sinestra para ocupar el territorio conquistado y copar de agentes del cuerpo de agentes metropolitanos cada cuadra "recuperada" para disuadir al "enemigo". 

Gobernar nuestro país, como hemos venido viendo en este período tiene mucho de ser un buen apagafuegos; estando así de tetelque nuestra institucionalidad. Cómo se gestionan los conflictos sociales es un tema clave en esta sociedad, tan agitada como viene estando desde siempre. De nada valen la grandilocuencia del discurso y la espectacularidad de las obras planificadas si no se resuelve organizada y constructivamente los conflictos asociados a las mismas. Ahí tenemos el tema de los buses, de la violencia social, de las pandillas, la reforma fiscal, etc. Temas gruesos y complejos que no se pueden resolver fácilmente imponiendo la respuesta que creo más acertada.

La creciente tensión generada con este desalojo, y la búsqueda de una solución efectista en el corto plazo sin prever las consecuencias en el mediano y largo plazo, dan cuenta de las características del actual alcalde en su capacidad de gestionar los conflictos sociales que supone su trabajo, dándonos así una muestra de su talante de estadista: en temas de recorrido difícil como este de las ventas o el de los buseros, lejos de recurrir a la negociación, el uso de la fuerza será el camino válido para imponer su posición. Si bien esta manera de resolver puede parecer efectiva e incluso normal (o hasta buena) ante los ojos de una población tristemente acostumbrada a la imposición por la fuerza o el engaño, sus consecuencias más funestas están a verse en el mediano a largo plazo. 

El reino del barril
Lo grave es cómo estas acciones calan en la mentalidad colectiva, tendiente a aceptar y a justificar el autoritarismo y a tolerar la pedantería de quien tiene el poder. Se tienen como males menores cuando en el fondo son temas vitales pues desde esas posturas se van construyendo las maneras de relacionarnos en ese espacio público y  en lo privado. La rueda autoritaria da un giro más, el desorden se mantiene y siguen calando en la poblaciones los mesías de turno, basados en la emocionalidad y la espectacularidad de un mensaje vacío y acciones que no solo destruyen hoy si no también mañana y pasado mañana. 

Valga para pensarlo un poco más, compatriotas.

Víctor

jueves, 4 de octubre de 2012

Canto de grillo


En San Salvador, invadido hoy por hoy por los voraces geckos, ya no suenan los grillos. O suenan en muy pocas partes de la ciudad. Se me ha hecho más evidente mientras estoy acá en La Palma, e una actividad del trabajo. No escucho geckos, si no grillos. Estos pequeños reptiles no solo han acabado por desplazar a nuestras lagartijas comunes, si no además han acabado con los grillos y arañas. En las noches citadinas, aparte de perros, gatos, carros acelerados, y sirenas de policías, solo suena de cuando en cuando esa especie de sonoro y agudo beso de la llamada del gecko. Cómo llegaron a nuestro país, como muchas cosas que pasan, no se saben. Pero si, seguramente ha sido porque en alguna parte alguien tuvo la brillante idea de traerse esa especie a algún cultivo de estos que hemos metido en nuestras tierras destruyendo selvas y comunidades sin control, y que al ser de fuera son susceptibles a insectos y plagas propias de nuestras tierras. Tarde o temprano, esta adaptable especie, sin sus depredadores naturales y sin una competencia tan fuerte, ha ido creciendo rápido, desplazando a nuestra fauna original.  

Mientras oigo a los grillos, pienso en algo de lo que me tocó hablar esta mañana. Hablaba de nuestra responsabilidad, de lo que nos corresponde ser al menos conscientes: de como nos afectamos a otros con tanta facilidad. Ninguna persona es una isla, decía Merton en uno de sus escritos más famosos. Cada uno somos un nodo donde se concentran muchas relaciones, vinculamos a muchas personas a nosotros - aunque a veces creamos que esto no es cierto por nuestra hurañez -.

Lo que nos afecta a uno tarde o temprano afecta a los demás porque estamos unidos por lazos de los que no siempre somos conscientes, de los que no siempre nos hacemos responsables. Sometidos por la cotidianidad de este mundo que vamos construyendo con muros cada vez más altos, olvidamos que formamos parte de esa gran comunidad de comunidades llamada humanidad y que cada vez que hacemos algo a alguien lo hacemos también a quienes les importa esta persona, a quienes tienen contacto con esta persona.

¿Qué hacemos con este detalle tan pequeño pero tan grande? Es tan delicado, tan sencillo generar un cambio en el mundo que nos rodea, tan fácil perjudicar o favorecer, tan frágil el equilibrio de todas estas redes y tanto nuestro poder. La pregunta es ¿cómo y para qué lo usamos? Es necesario preguntar, volver sobre nuestros pasos y seer conscientes de la huella, del efecto de nuestras acciones y nuestras omisiones, de nuestras palabras y silencios. Estando tan vinculados como estamos - y más aún con tantas nuevas formas de vincularnos aún en la distancia - es imposible no generar un efecto en alguien más en esta era de hiperconectividad y de la inconsciencia.

Hoy pensaba en esto. Quise dejar constancia de mi reflexión. De mi vuelta a esta consciencia.

Que cese el canto de los grillos parece ser algo tan nimio, tan insignificante, pero que nos dice tanto sobre nuestro ir por el mundo destruyendo tanto con nuestros descuidados pasos. Ojalá cambiemos un poco, y poco a poco ir cambiando todo. Ojalá este canto de grillo ayude a hacer pensar al menos un segundo un poco. Y ojalá vayamos cantando todos, de apoquitos, hasta inundar de sonido la negra noche que parece que nos vamos echándonos encima.

Víctor

lunes, 1 de octubre de 2012

A propósito del día del niño y la niña

La fecha se presta para muchas cosas. Para recordar cuando fuimos niños y para celebrar a los peques que tenemos cerca, principalmente. He visto de todo en las redes sociales: fotos de perfil recordando cómo se fue alguna vez, fotos de niños haciendo cualquier cantidad de cosas.

Los diarios recuerdan hoy - con ediciones o reportajes especiales - realidades que deberían traernos por los pelos: niños enfermos, niños víctimas, niños sufriendo cualquier cantidad de síntomas de esta sociedad enferma e incapaz de curarse a sí misma al menos en su punto más débil: en su infancia, en lo que en unos años - y ahora que pasan tan vertiginosos - serán el ahora de un país muy joven, muy perennemente imberbe.

Ayer reflexionaba en voz alta sobre el perfil de la columna de la Ana en LPG. Decía yo que me daba cosa su radicación en México. Pensaba en Ligia, en Carlos, en tantos amigos y amigas que se fueron a otros lados a crecer y a dejar por allá el fruto de su esfuerzo. Da cosa pensar que gente joven y cachimbona - que no hace muchos años eran celebrados en sus colegios en esta fecha - sigan encontrando fuera lo que no encuentran acá: un espacio donde desarrollarse y dar frutos. Un espacio donde no se sienta tanta incertidumbre, donde no haya que sentir que en cualquier momento tendrán que salir huyendo (a propósito de esto, vean el reportaje de hoy en El Faro), donde se sabe que en cualquier momento se es víctima de toda clase de violencias.

Retomando lo que Hunnapuh señalaba hace poco, el contexto actual revela - si es que no nos era evidente - la grave situación de violencia no relacionada al tema de las pandillas. Más grave aún que este conflicto, es la dinámica social que se gesta a su sombra: la desconfianza, la nueva ruptura de los lazos que apenas se lograron formar después de la guerra, la violencia como el fenómeno que subraya las formas de relacionarnos en todos los niveles de nuestra interacción cotidiana. Este es el marco donde crecen esos seres a quienes hoy celebramos y decimos que nos llenan de luz y alegría, de esperanza y amor. Ese es el mundo en que les hacemos crecer, torciendo sus chances de ser plenamente felices, de encontrar su camino en la vida.

Mucho hay que hacer. Tomar consciencia de su papel en esta situación es un buen primer paso: véase a los ojos de un niño cuando se comporta como se comporta en cualquier ámbito. En lugar de hablar paja este día, piense si su comportamiento es el ejemplo que quiere dejar en las generaciones que vienen después de nosotros. Piense si este es el medio ambiente que quiere heredar, si este aire este clima, este tráfico y esta incertidumbre de si existe un futuro viable es lo que queremos para ellos y ellas. Y no se quede solo en pensar y sentirse pura babosada. Actúe. Elija ser mejor que su versión actual de sí mismo. recuerde lo que quería hacer cuando niño, cuando niña. Actúe en consecuencia con lo que una vez quiso ser.

Víctor


domingo, 23 de septiembre de 2012

La economía no crece, la riqueza si

Antes de seguir, lea este artículo:  América Central tiene 965 ultra-ricos

Como psicólogo soy más dado a pensar en el impacto psicosocial de la profunda desigualdad económica, en cómo afecta a la construcción de la identidad, cómo se manifiesta en las relaciones interpesonales de unos y otros, de los que viven en el desmedido y sobresaliente lujo y de los que intentan sobrevivir en medio de las más abyectas de las carencias quye caben en estos poco más de veintemil y pico de kilómetros cuadrados.  

En el fondo, el ruido de la ANEP, la Cámara de Comercio y demás gremiales y sectores asociados a la derecha. Mientras, tras bambalinas, los ricos más ricos son cada vez más ricos. Los pobres están más hechos mierda y los demás vamos por el carril del medio, sin dar pie con bola y atendiendo a los que hacen más bulla porque además de todo, tienen todos los medios para hacer ruido hasta hartarnos y no querer saber nada más. 

Pisto hay, me dice mucha gente. A quienes lo tienen les ha crecido otro 3.6%  en este tiempo, dice el artículo. 

Víctor

lunes, 3 de septiembre de 2012

31

"Treinta y uno es el número que sigue después de treinta y viene antes de treinta y dos."
(Wikipedia)

Y bueno, doblo la edad que a veces desearía tener, por aquello de las responsabilidades reducidas y otras linduras como la intensidad del funcionamiento de las estructuras antiguas del cerebro. Pero heme acá, ya en la adultez. Consciente, pleno de vida, de deseos y sueños, con un camino iniciado y una compañía que deseo conservar para seguir caminando. Traigo menos peso en el cuerpo que la vez anterior que pasamos por este punto del tránsito alrededor del sol. Traigo, más que nada muchos recuerdos en mi equipaje. Les traigo a ustedes, amigos y amigas, personas que conozco en persona y personas que conozco por sus palabras, por sus imágenes. Les llevo junto a mi como materia constituyente de lo que soy hoy. Porque no soy yo si no es por interacción con ustedes, con cada uno y cada una que he tenido el chance de encontrarme de las más diversas maneras que nos permite el mundo hoy en día.

Quizás lo más importante de decir este día es gracias. Gracias al buen Dios de la vida, padre y madre mío y de ustedes, que con gentileza me trajo al mundo y me ha mantenido en él, que me sigue demostrando su amor a través de cada persona que encuentro. Poco tengo que decir ante lo grande que es ese encuentro permanente con las personas, que dentro de cada uno de sus virtudes y defectos me recuerda que es una cosa hermosa estar vivo y tener la oportunidad de dejar un pequeño recuerdo en el mundo.

No sé si lo he contado antes, pero estoy vivo de milagro. A temprana edad pude haber muerto por complicaciones de una enfermedad hereditaria, por la que me operaron a mis cuatro años. Desde pequeño he tenido una leve idea de no haber fallecido por algún buen motivo. Esa idea, a veces con más fuerza, a veces con menos, me ha acompañado. En parte por esa idea, mucho en parte por cada persona que me ha acompañado o coincidido conmigo en la vida, me ha ido dejando esa noción de si no ser algo especial, estar destinado a concebir el mundo y mi papel dentro de él buscando hacer algo distinto. No es arrogancia, si no más bien sentir o percibir un peso de esperanza en mis propias posibilidades. Y heme acá, asumiendo esa llamada desde lo poco que puedo hacer.

Déjenme por un momento volver a mis fuentes - que crítico como soy de sus formas dominantes actuales, no reniego ni renegaré de ellas -;  el evangelio de hoy  nos recuerda cuando Jesús, más o menos a esta edad que tengo, llega a su tierra y retoma una lectura de las sagradas escrituras, en la que encuentra el pasaje de Isaías: "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor". Jesús dice que esa lectura se cumple hoy, en Él. Toda una afirmación, una certeza de misión, de propósito. 

Pienso en mi vida, en estos treinta y un años. Pienso en las cosas que he logrado ir construyendo, en la gente que he encontrado, en las oportunidades de ayudar que he tenido. Pienso en mi trabajo, en lo que puedo hacer, en lo mucho que hace falta por seguir haciendo. Pienso en lo que quiero hacer con ella - mi divino amor, que diría mi abuelo -,  en lo que podemos ser y hacer juntos. Pienso en lo que puede venir, en el futuro aciago que nos viene a todos por descuido, por desinterés, por perder el rumbo y dejar que otros nos digan qué hacer, qué tener en lugar de qué construir. En fin, oteo mi futuro y suspiro con satisfacción. Estoy vivo. 

Podría ser que mañana acabase todo. Con los años y en este país como ninguno, uno poco a poco uno va construyendo esa certeza, ese sentido de finitud, de estar expuesto. Aunque los números me vayan sacando de la edad de más alto riesgo, entro en una edad crítica para muchas cosas- especialmente en este mundo en que pareciera que la productividad se acaba a los 35 años - y heme acá, al pie del cañon, sabiéndome un poco elegido, como todos y todas hemos sido elegidos para ser felices pese a nuestras circunstancias. Yo con las mías estoy aprendiendo a llevarme muy bien.  Tengo a partir de hoy y ppor una vuelta más al sol, 31 años. Y estoy aprendiendo a guardar silencio para escuchar la vida otro año más, hasta cumplir otra vuelta alrededor del hermano sol. 


Sapoverdetumi


Víctor

domingo, 26 de agosto de 2012

A dos años de campaña


No hemos terminado de digerir aún el tema de las resoluciones de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, y el papelón que se echaron a su conveniencia las cúpulas de los partidos políticos para mantener cierto nivel de influencia en dicho órgano del estado y ¡pum!  ya estamos en campaña rumbo a las presidenciales de 2014.

Lo dijo esta mañana Monseñor Escobar Alas: Es ridículo estar ya en campaña cuando faltan dos años para las elecciones. Es desgastante, mucho más con la bajeza con que se suelen conducir las campañas en nuestro país. Más aún con el candidato que va tener más presencia mediática: Norman Quijano, a quien los medios le dedicaran sendas primeras planas.

 Tras varias semanas metidos en esto, la nominación de Quijano - Nylon man, para no olvidar  - se venía retrasando para desespere del sujeto en cuestión y de la caterva de ex funcionarios de pasadas gestiones areneras con que se rodea en la Alcaldía de San Salvador.

Nylon man, para no olvidar
Una vez nominado el sujeto de la caricatura, nos dimos cuenta de dos cosas: una, el apoyo mediático sigue estando ahí, los medios van dándole seguimiento y le dedican espacio suficiente para hacernos saber quien tiene el beneplácito de sus propietarios. Segunda, su discurso será más recalcitrante y fundamentalista que sus antecesores. No cuesta adivinarlo: baste recordarle como diputado y sus declaraciones sobre los más variopiuntos temas, y sus anteriores campañas, sus berrinches y grandilocuencias y su manera que raya en lo insultante de referirse a sus adversarios y no-simpatizantes.

Con esta nominación, y la anterior nominación de Sánchez Cerén por parte del Frente, queda abierta la campaña por las presidenciales. Ya estaba abierta desde antes, pues acá todo se conduce al ruedo electorero, pero ahora y gracias al seguimiento al pie que harán las empresas periodísticas más grandes del país tendremos Norman hasta en la sopa. Y falta aún que entre Saca con su propio poder mediático que le ha mantenido en el "top of mind" mediante programitas de historia, motivación, autoayuda y demás yerbas en cada radio a la que tiene alcance.

Hoy, a dos años de las presidenciales, pareciera más vertiginosa esta vorágine electorera. Sin importar cuál sea el tema, cúal sea el ruedo en donde se debaten los de siempre, todo se lleva a los cauces de las votaciones. Y así vamos como país, en la espiral de la partidocracia, de la cupulocracia, vamos cada vez más rápido, distinguiendo cada vez menos y ahogándonos cada vez más.

Víctor

lunes, 23 de julio de 2012

9 años de mano dura



Esta mañana, recordaba gracias a un tweet del historiador Carlos Cañas Dinarte, que 9 años atrás, en una noche como esta, iniciaba oficicialmente la implementación del Plan Mano dura por el trístemente célebre ex presidente Francisco Flores Pérez.

Encontré este artículo de la revista Proceso, que solía editar el CIDAI de la UCA (una lástima que desapareciera); valga recuperarlo para recordar que no es de ahora que se viene preguntando por los planes de reinserción, por las estrategias de prevención y el respeto a la constitución con estas movidas publicitarias.

Como bien lo narran los de El Faro en el video, el "manodurismo" no trajo sino una complejización y un agravamiento del operar de las pandillas. No solo en cifras de muertes llegamos a ver una duplicación, si no además un incremento en el dominio territorial y de generación de miedo en la población (no hace mucho lograron un gran impacto con un llamado a "toque de queda", ¿recuerdan?). Un fenómeno social con raíces estructurales, culturales, económicas, sociohistóricas, etc. fue abordado (y sigue siendo abordado) con un simplismo patético. El reciente intento de negociación con los líderes de las pandillas y la aparente tregua que ha logrado tanta atención mediática es solo una vuelta más a una rueda de caballitos a la que las autoridades y algunos medios parecen venirse montando nomás cuando conviene.

9 años más tarde, seguimos viendo un circo en el que lo único que ha cambiado es el número sobre la escena.

Víctor

Orillas del Acelhuate y otros crecimientos

Algunos hechos recientes me recuerdan cómo a la orilla del Acelhuate crecen milpas hermosas, berros verdísimos y gordísimos rábanos.

En general últimamente me encuentro por demás escéptico ante todo lo que va ocurriendo. Y es que al menos para mí, los usualmente finísimos hilos con que usualmente se mueven todas las cosas en estos lados van quedando cada vez más claros. La gente nuevamente va quedando en dos roles: los excluidos de siempre y los azuzados de toda la vida. Fuera de ellos, las fachadas, las máscaras en el baile sempiterno de la lucha por el más mínimo resquicio de poder sigue teniendo cada vez rasgos más grotescos, más simiesco el gesto, más burlesca la carcajada fingida.

Foto de Mauro Arias, de El Faro (La economía del agua muerta)
Traigo a colación lo del Acelhuate por que con todo y lo novedoso y esperanzador que pueda resultar ver a los  movimientos ¿ciudadanos? de reciente cuño, con ellos me ocurre con la verdura nacida a orillas del río donde va parar toda la inmundicia de la capital; se verán hermosísimos cuando se venden a orilla de la carretera, pero igual se sabe que por dentro llevan alguito de lo que corre a la orilla donde han surgido. 

Independientemente del color de camiseta que se les ocurra poner, de los sagrados símbolos que se les ocurra "apropiarse" para dejar visible sus propuestas, demandas, consignas, etcéteras, con las formas novedosas u ortodoxas de hacer explícita su inconformidad o aquello que dicen defender, igual y da la sensación de - para quien no compra a ciegas - un poquito a las heces y demás linduras que corren por ese símbolo de la ausencia de límites al poder y a todo lo que pulula alrededor de ello.

Valga decirles, como a todos los seleccionadores que vengan, les aplicaremos el cliché de "hay que darles el beneficio de la duda", nomás un tiempito más para que se vea con más claridad el color del fustán.
Más allá de eso, quedarán preguntas, como siempre: ¿Adonde encontrar un signo de esperanza? ¿en el hastío de la gente? ¿en el descrédito de los actuales políticos? ¿en que la salida a la calle sea ahora un recurso "in"?


Sin ser un experto, pero con mi atrevimiento usual, digo que pienso que la esperanza siempre estará un poco más allá, adonde no apunten las cámaras. Muy seguramente alrededor suyo y quizás no se ha dado cuenta. Lo más seguro es que esté ahí, donde siempre, donde menos obvio nos resulta: en nuestras propias acciones, si es que elegimos tal alternativa.

Eso, de la constitución y demás linduras hablamos otro día.

Víctor

domingo, 24 de junio de 2012

De irse, de dejar huella


Vengo trabajando de un tiempo acá con un grupo de gente. Gente buena, que es lo más justo que puedo decir de ellas y ellos. Mi labor es facilitarles un proceso donde desarrollen sus capacidades para ayudar a otros, unos otros en especial condición de vulnerabilidad y exclusión. Mi trabajo es sencillo: debo transmitirles herramientas para que puedan ayudar, que sepan escuchar y acompañar, que sepan como organizarse para actuar en conjunto y dar una ayuda más efectiva. Es simple y directo. Saber ayudar.

Pienso en esta gente y su voluntad de ayudar. Cómo desde su fe parten al encuentro de algo más. Veo como atraviesan su vida y se encuentran consigo mismos en el proceso. Los veo organizarse cada vez mejor. Los encuentro conscientes de donde están y hacia donde quieren ir. Los siento cada vez más cerca del punto en donde debo dejarlos ir.

Dicen que el momento más alegre para quien ayuda debe ser cuando no es más necesaria su presencia. Ayer les decía eso, que hay que saber cuando irse. Llegar es accidental muchas veces, es cuestión de azar más que de otra cosa. Por eso saber llegar no siempre es materia de estudio. Cualquiera llega. Saber irse es lo difícil. Y eso que la vida es una constante despedida. Queda atrás gente, lugares, cosas. Queda atrás parte de nosotros. Mucho de eso no podemos elegirlo, simplemente pasa. 


Pero de cuando en cuando podemos elegir cuando irnos de la vida de algunas personas. Podemos elegir irnos de ciertos grupos. Podemos dejar incluso algunas partes de nosotros mismos. Y hay que saber hacerlo. Ser conscientes de la huella, del recuerdo. Sea que enttremos a ayudar a alguien, sea que formemos parte de la vida de esa persona por un tiempo. 


A varios de Uds. les he dicho que solo espero dejar una buena huella en el mundo. Espero que, de quienes me he despedido, de quienes me he ido, haber dejado una buena huella. Que de mi paso por sus vidas quede un motivo para sonreír. Que de mi paso por el mundo quede algo que valga la pena. 


Ojalá y esa idea la compartiéramos como generación. Que de nosotros pudiera decirse que mandamos a la mierda las estructuras que acaban en cúpulas, que eliminamos las pésimas tradiciones, que nos deshicimos de las corruptas formas. Hay que empezar a aprender a ayudarnos. 


sábado, 26 de mayo de 2012

Ernesto

Como si nada, viejo. Van ocho años desde que te vi por última vez. Se dice fácil. Pero lo que serías hoy. Un día de estos pensaba que quizá te habría buscado para el proyecto que va empezando en mi trabajo. No le habrías aturrado la cara. O quizá estarías fuera, estudiando. Quién sabe, a estas alturas de la vida todo es una interrogante, y gente como vos era una certeza, una fuerte esperanza.


Chema dice que a nosotros, tus amigos, tu muerte debe animarnos a la lucha contra la impunidad, contra la muerte. También debemos pelear contra el olvido, contra la facilidad de olvidar las víctimas silenciosas de las muertes que se han venido y se irán regando en el país si nos quedamos de brazos cruzados.


Hace falta gente como vos, ¿sabés? colegas y compañeros que no le hagan asco a hundir las patas ahí donde la gente las tiene hundidas. Gente que se comprometa a algo más, a transformar el mundo que tienen alrededor, aunque sea con un cambio de actitud. Ya no se diga la falta que hace gente que acompañe, que sea agente de cambio adonde vaya.

Hoy conozco a una de tus ex profesoras, que también te recuerda mucho en estos tiempos. Ella y yo, todos los que te conocimos sabemos que tenías un tu algo que dejarle al mundo. Hasta hace poco no había caído en cuenta que hace 10 años estuvimos en Morazán, en casa de Rufina. Cómo nos cambió la vida desde entonces, cuanta lección aprendida, cuanto sueño que quisimos realizar y no pudimos. Hoy veo a la mara, a la que fuimos en ese viaje, los veo en el facebook, mayores, en otras ondas. Veo la foto de aquel lejano 2002, pienso en como nos marcó distinto a cada quien tu partida. Quizas hoy, diez años después de ese primer viaje donde te conocí, ocho años luego de tu viaje sin retorno, tu recuerdo permanece por lo sencillo del mensaje que nos dejaste a cada uno. 

También pienso en tu mamá y el dolor de saberte demasiado lejos, en esa sensación de haber sido arrancado un pedazo de corazón. Pienso en las mamás de tantos cipotes a los que le han cortado la vida. Pensaba en cómo se vería, desde arriba, esta ciudad con las luces apagadas y cada una de las personas que conociera a alguien que ha fallecido por la violencia que campea en este país desde principios del siglo pasado. Sería una gran llamarada. Y es que eso, tu muerte y las muertes de cada persona que perece por la violencia debería iluminarnos el camino. En medio de esta hora oscura, evitar que mas cipotes como vos perezcan, por los motivos que sean, debería ser nuestra luz, nuestro motivo.

Víctor





lunes, 21 de mayo de 2012

De Don Joaquín y los ¿nuevos? activismos


A ratos me da por reivindicar, en persona, que antes de toda esta nueva ola de activistas 2.0 hubimos quienes hablábamos ya, con algunos argumentos bajo el brazo de todo lo que habría de venir. Este y otros blogs fueron espacios desde donde se mantuvo y se mantiene una postura crítica ante las veleidades del poder, especialmente del ejercicio del mismo de parte de quienes hoy quieren dárselas de muy dignos, de muy correctos. Como los llamó nuestro amigo, el de Nazareth: sepulcros blanqueados.

"los contenidos más apegados a la verdad y menos obscenos circulan por medios tradicionales de comunicación, mientras que la basura, la mentira y la calumnia transitan vía correo electrónico, blogs y uso anónimo del espacio que otros medios ofrecen para comentar noticias o artículos de opinión.". 
(Joaquín Samayoa)
Tarde y un poco desubicado parece haber llegado don Joaquín a este mundo donde nuestro derecho a expresarnos de la manera como nos dé la gana se usa de la misma manera que una tertulia de amigos: hay quienes hablamos con libertad de vocablos, hay quienes no, hay quienes dicen verdades, a quienes no. Me pregunto qué escribiría al escuchar lo que habla la gente en la calle, lo que hablan los de los círculos que frecuenta y de aquellos a los que no. Talvéz entonces pondría a los blogs en la misma categoría que las pláticas de sobremesa, de los chambres de pasillo, etc. 

Dejando de lado la gana de cantarle "sana sana, culito de rana..." al don -aunque puede que le ofenda que se mencione la palabra "culito"-, es un hecho que de a poco más comentaristas tradicionales de los grandes medios ponen ojo a lo que se dice en estos lados. Y este maitrito no es el primero que viene a escandalizarse de la libertad de expresión de los blogs. Como diría la Virgina, da ternurita ver su reacción ante el panorama.



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Leer el comentario del don en cuestión me ha llevado a reflexionar sobre el papel de la web en torno al devenir político del país. Si bien algunos políticos no ponen atención a lo que escriben en las redes sociales o viven en la paranoia de ataques orquestados en su contra, es un hecho que tanto medios como políticos en general ponen mucha atención a lo que se dice. Los medios tradicionales incorporan contenidos de lo que sus seguidores dicen en los espacios de opinión que administran dichos medios en las redes sociales (y a ello le llaman opinión ciudadana).

Esto se veía venir y es parte de lo que va ocurriendo en el mundo. Nuevas dinámicas van apareciendo y seguramente iremos encontrando más maneras en como los medios tradicionales van encajando con el contenido en la red. Lo llamativo viene siendo como lo que ocurre en la red va calando en los medios y a su vez en la vida cotidiana, y más concretamente en la actividad política. Recientemente en nuestro país y en muchas otras partes se ha puesto de moda la organización de movidas políticas generadas por usuarios de la web (y digo moda porque habrá que ver si siguen después de las presidenciales de 2014). Repentinamente, jóvenes -en su mayoría -, tan apáticos e incrédulos de la acción política de calle, se han volcado a favor de cuatro magistrados de la sala de lo constitucional y se han organizado para demostrar su indignación ante nuevas acciones de los diputados que subrayan su nada nueva búsqueda de beneficios personales. 

Con todo y lo bueno que es que la gente se organice y haga oir su voz, que diría Ellacuría, es llamativo como estas protestas reciben no solo la atención mediática si no hasta el beneplácito de algunos sectores que siempre han defenestrado contra las reivindicaciones populares expresadas en la calle. Incluso algunos hasta se aventaron a salir y alzar su puño derecho al aire. No hace mucho,  hasta se juzgaba como terrorista a la gente que salia a protestar contra una medida gubernamental. En concreto, recordaba hace poco cuando se capturó, acusando como terroristas a personas que se manifestaron contra una medida gubernamental; parecería que un largo trecho ha pasado desde entonces (cinco años parecen ser mucho tiempo en este país), cuando escribía yo, en este mismo espacio:

" Para el gobierno de ARENA:
Terrorismo = manifestar publicamente el descontento o desacuerdo con las medidas adoptadas por el gobierno del presidente Elias Antonio Saca, vigente presidente de el partido ARENA.
Para Elias Antonio Saca y su gobierno, infunde terror que la gente ejerza su libertad de expresión en la calle, usando pancartas donde se dice que no quieren que se privatice el sistema de distribución del agua potable.
A el presidente de ARENA le infunde terror que la gente diga que su gobierno de "sentido humano" es una patraña y exprese su indignación por la saturación de propaganda pro gubernamental y pro partido ARENA. "

Me pregunto si tanto ha cambiado el ambiente social. Realmente no.

Pero las cabezas visibles, y las reivindicaciones si han cambiado. También el cómo se organizan estos movimientos y alrededor de quienes. Los líderes de los nuevos activismos salen en la tele, son invitados a hablar o a se escuchados, organizan cafés con algunos a quienes se da por llamar "líderes de opinión", son reclamados por los nuevos aglutinamientos de organizaciones "cívicas" y se hacen llamar la sociedad civil. Y acentúan el civil por aquello de que no militan, solo se indignan de manera tan civilizada que hasta papel higiénico utilizan.

A veces me da por pensar hacia donde irá todo esto. No dudo en ponerme un margen de evaluación: las presidenciales y un poquito más allá. Los ciclos de elecciones dan estos fenómenos de movilizaciones a favor o en contra de. Con seguridad desde la asamblea se darán motivos para indignarse y protestar. Con la nueva "vigilancia ciudadana", habremos de darnos cuenta -espero- de los renovados cuentos viejos de lo que ocurre en el primer órgano del estado.

Hay que decirlo, en general soy escéptico de estos ciber activismos, de lo efímero que pueden ser en la medida en que no encuentro su conexión con las aspiraciones de aquellos que no usan hashtags y no tienen famosos que los acompañen a la renovada plaza que está a medio camino de metrocentro y los modernísimos centro comerciales que con tanto orgullo señalaba Rodrigo Ávila como ejemplo de nuestro progreso como nación. Pero habrá que ver si el tiempo, ese gran borrador automático que invocaban en un cuento cuyo autor no recuerdo, logra hacer que estas virtuales líneas sean solo el manifiesto de alguien que hablaba mucho antes de ir a dormir.


Víctor

lunes, 20 de febrero de 2012

A propósito de Comayagua


Nuestra generación es realista, pues hemos llegado a saber lo que realmente es el hombre. Después de todo, el hombre es ese ser  que  ha  inventado  las  cámaras  de  gas  de  Auschwitz,  pero también es el ser que ha entrado en esas cámaras con la cabeza  erguida y el Padrenuestro o el Shema Yisrael en sus labios.
(Viktor Frankl, El hombre en busca de sentido)

Leyendo la crónica "Que se quemen los reos" que hace el periodista Daniel Valencia en el periódico El Faro me he acordado de este párrafo, del final de un libro al que siempre vuelvo en épocas de tormenta en mi vida. Imagino que al final de la misma saldrán, como en las notas de los periódicos, comentaristas haciendo apología de esta renovada solución final, cínicos sujetos amparados en la comodidad del anonimato que pedirán que hagan esto en todos los penales del país. Como fuere, rescato de esa crónica esta parte:
Nadie sabe cómo El Chaparro consiguió las llaves. Hay algunos sobrevivientes que creen que el llavero de turno las tiró, otros dicen que quizá El Chaparro rogó lo suficiente –y justo a tiempo- para rescatar a la mitad de la prisión. Lo cierto es que Marcos Bonilla, El Chaparro, se convirtió en héroe esa noche.
Primero llegó a la celda 6, con una banca, y rompió a la fuerza el candado, liberando a Quique, que ya estaba quemándose, y a otros dos más. Luego hizo lo mismo en el resto de las celdas, hasta que llegó a la 10, donde Álex sintió que Dios lo había escuchado, pero poco le duró la alegría.
-El Chaparro traía una banca y le dio con ganas al candado, pero no abrió. Ahí fue cuando dije: bueno, hoy sí, aquí me tocó morir –recuerda Álex.
Desahuciado, vio cómo El Chaparro desapareció entre el humo del pasillo, y segundos después vio cómo venía de regreso. Pero Álex solo reaccionó hasta cuando escuchó el tintineo de unas llaves. Cuando El Chaparró logró abrir, Álex corrió hacia el patio, y todavía recuerda que echaba humo de la espalda. Detrás suyo venía Liro, que al ver el portón abierto se tiró a las llamas porque sabía que esa era la única ruta para escapar de la muerte.
* * *
Marcos Bonilla, El Chaparro, es un reo de la cárcel de Comayagua que a fuerza de buena conducta, de ganarse méritos, se ganó el respeto de las autoridades, estudió medicina y se dedicó a curar a sus compañeros de prisión. Tiene ocho años como enfermero. El Chaparro llegó al penal hace 17 años, y le faltan cinco para purgar una pena por homicidio.
En el penal, El Chaparro vivía afuera de las celdas, en un cuarto contiguo a la clínica de la prisión, con acceso a medicamentos. Si alguien se enfermaba o necesitaba atención en las noches, todos sabían a quien acudir: al llavero de turno para que este llamara a El Chaparro.
El Chaparro tiene ese apodo por su estatura. Tiene 50 años y hoy se ha convertido en héroe. No ha querido decir cómo obtuvo las llaves de las celdas porque dice que no quiere recordar y porque no ha cesado de trabajar. El Chaparro pasó las 72 horas después del incendio atendiendo a los heridos.
El Chaparro, el reo-enfermero, hizo lo que no pudieron hacer los guardias de la prisión, porque los guardias de la prisión recibieron la orden de no dejar salir ni dejar entrar a nadie para evitar una fuga.
Pienso como con una indiferencia quizás nunca vista, nuestra generación también ha llegado a ver una vez más que el hombre es un ser capaz de dar una orden para que se mueran quemados cientos de personas, que es también un ser capaz de alegrarse por la muerte a fuego de cientos de personas, que es un ser capaz de exigir que se repitan estas escenas muchas veces.

Pero la realidad, esa muchas veces inmensa desconocida, también a veces recuerda que un hombre es también capaz de elegir volver a luchar contra la muerte y aún después de la tragedia, seguir ayudando.

Víctor

P.D.: Sé que hay mucho más qué decir de lo ocurrido en la granja penal de Comayagua, en Honduras. Me quedo por hoy con esta historia y pensar en como lo están pasando los sobrevivientes y los familiares de los reos, que son la dolorosa prolongación de lo ocurrido.

martes, 14 de febrero de 2012

A propósito del amor, amistad, etc...

En todo el mundo occidental este día se recuerda con especial (y comercial) énfasis el amor y la amistad. Muchos damos o recibimos especiales muestras de afecto a nuestras personas más especiales. Otros no lo hacemos, e incluso nos quejamos o burlamos de quienes lo hacen, subrayando lo comercial o banal del hecho. Es curioso, algunos estudios de neuroimagen han demostrado que las mismas zonas del cerebro que se activan con el enamoramiento se activan con el odio. Pero bueno, eso son otros diez pesos.

Lo cierto es que bien vale la fecha en que por uno u otro motivo cuesta no pensar en nuestros otros y otras significativos para reflexionar un poco sobre nuestras relaciones con las y los demás, especialmente a quienes tenemos más afecto, con quienes construimos nuestras vidas.

Hoy pienso en lo que estoy construyendo junto a mi novia, en lo que he construido con mis amigos , especialmente los más entrañables. Me alegro de ello. Pienso que con varias personas hemos logrado hacernos mucho bien, y dejarnos una huella que perdurará en el tiempo.

Pienso en el reto que plantea Monseñor Romero en una de sus homilías (12/04/1979), que el verdadero amor comienza por exigir entre las relaciones de los que se aman, lo justo. Y lo justo es muchas veces lo más pequeño: la reciprocidad, la escucha, el recibirnos unos a otros con afecto. Lo justo es estar atento de las necesidades de los demás, especialmente si lo están pasando mal. Es curioso como nos preocupamos para bien o mal de si esta fecha debe celebrarse o no y no de ver la calidad de nuestras relaciones interpersonales, del amor que repartimos y permitimos que nos den. En ese detalle tan pequeño está también el cambio, la transformación de la realidad.

Les dejo, por fin, una reflexión más de Monseñor. Bien vale darnos un tiempo para pensar en ello:

Muchas veces se dicen palabras bonitas, se estrechan las manos y, quizás, hasta se den un beso, pero en el fondo no hay verdad. Por eso, una civilización donde se ha perdido la confianza del hombre a otro hombre, donde hay tanta mentira, donde no hay verdad, no hay fundamento de amor. No puede haber amor donde hay mentira. Falta en nuestro ambiente la verdad . (Homilía 12 de abril de 1979, VI p. 276)

Que lo pasen bien este y todos los días. 

Víctor


P.D. Recomiendo también este comentario de don Carlos Ayala, muy aleccionador.

La imagen la hallé por acá

lunes, 30 de enero de 2012

A medio camino entre la fe y la desesperanza.

El tema de juventud me ha vuelto a dar vueltas en estos días por cuestiones de trabajo. Con la militarización del gabinete de seguridad, no evito pensar en cómo existe tanta gente buena metida en tratar de echar a andar cosas buenas para las y los jóvenes. En cómo hay gente intentando entender, intentando dar sentido, apostando por llenar los vacíos y construir desde abajo y de una manera civilizada alternativas ante esta situación. Pienso y temo en cómo estos cambios hechos por un presidente que recientemente se destaca a sí mismo con mucha frecuencia como comandante general de la fuerza armada, vienen a ser un contrasentido en el camino de estas personas.

Pienso en la gente buena con quienes trabajo todas las semanas, gente que está haciendo un esfuerzo por entender mucho de lo que queremos hacerles ver porque saben que necesitan prepararse para poder ayudar. Pienso en como se van reubicando, en como van de a poco entendiendo su lugar en medio de una sociedad como la que tenemos. Pienso en los jóvenes con quienes he hablado recientemente, cómo se tienen fe aún en medio de esta locura (de alguna manera me recordaron unos de ellos a los de mi post anterior), pienso en tanta gente que lucha por sumarle algo bueno a este país. Y no dejo de sentir tristeza por el rumbo que, desde quienes tienen poder, se le da a este y a tantos otros temas.

Y no soy el único con preocupación, cansancio, desesperanza. Leo a alguien como la Virginia, cansada de esto, leo a Don Carlos teniendo que recordarnos lo del "Paratiay" con tristeza, leo a la Ana teniendo que hacer catarsis por su país tan lejano y doloroso, veo a mi compañera de trabajo luchando contra la desesperanza y la Ligia recordándome que nuestra es tristemente un ejemplo perfecto de qué hacer para mantener vivo un conflicto sociopolítico, con o sin guerra civil de por medio.

Dice José Luis Sanz, en una columna de El Faro que estamos en una tierra de machos acostumbrados a resolver los dilemas por la vía fácil y presumir de certezas. Quizás así sea. Con los hechos del día a día la desesperanza es lo normal. Con este rumbo cuesta encontrar a qué aferrarse, qué puede darnos tantita esperanza. Yo mismo he de decir que recientemente me he encontrado a medio camino entre la fe y la muy racional desesperanza. 

Con todo y todo, gente reciente, jóvenes y adultos que he encontrado me han llevado a recordar que toda construcción social puede deconstruirse. Que podemos armar otras estructuras desde abajo, desde los de abajo. 

Decía Monseñor Romero que con este pueblo no cuesta ser buen pastor. Es fácil ver Cuando veo gente como la que he compartido en estos días en que he tenido la oportunidad de hablar de lo poco que sé sobre los y las jóvenes se me hincha la fe y pienso que si los impulsamos, si nos unimos a ellos podemos revertir aunque sea tantito esta vorágine. Que con gente que les brilla tanto los ojos como ellos es posible. La gran pregunta es quienes vamos a su encuentro. 

Todo lo grande acontece en la tempestad, recordaba Heidegger en un su discurso. Habrá que preguntarse si no será tiempo de salir a la búsqueda de ello. Aferrados a este barco poco falta para ser parte del naufragio. 

viernes, 20 de enero de 2012

Masacre de "El Despertar", una llamada vigente a la juventud

Hoy se cumplen 33 años de la masacre de "El Despertar". Ese 19 de enero de 1979, en un centro de retiro en "El Despertar", en San Antonio Abad, fueron asesinados el Padre Octavio Ortíz Luna, y cuatro estudiantes y catequistas: Ángel Morales, David Caballero, Jorge A. Gómez y Roberto A. Orellana.

Rescato este dìa algunos fragmentos de la homilía de Monseñor Romero del 21 de enero de 1979, en que narra el testimonio de un testigo de los hechos y finalizo con algunas ideas que se vienen a mi mente al respecto en estos días.

De la homilía de Mons. Romero en la misa del P. Octavio Ortíz y los cuatro catequistas asesinados:
[...]

No puedo omitir -las noticias que se han omitido las podrán seguir escuchando en nuestros medios de comunicación social-, un hecho que nos congrega aquí, de la plenitud de la vida de nuestra Arquidiócesis: El caso sangriento y doloroso de Octavio Ortíz Luna.

Acerca de esto, la diócesis declara: que el comunicado oficial que publicaron los medios de comunicación social es mentiroso del principio al fin. Nuestros medios de comunicación social están señalando ya, una a una, todas esas calumnias que teje, en tan pocas líneas, un comunicado que debía de guardar la fe de la patria.

Gracias a Dios, contamos para reconstruir la verdad con el testimonio de muchos que sobreviven a la tragedia, llevados a la prisión de Guardia Nacional. Y gracias a Dios, entonces, que no sucedió aquí con Octavio Ortíz lo que sucedió con nuestro pobre hermano Ernesto Barrera, cuyo único testigo que hubiera podido aclararnos la verdad, fue asesinado por los mismos agentes de seguridad para dejar sin testigos aquel crimen oficial.

Este es el primer testimonio que tenemos a la mano:
"... este día, a las seis horas de la mañana, cuando me encontraba durmiendo..." Durmiendo, tengan en cuenta todos estos detalles, era una convivencia de jóvenes de iniciación cristiana, no eran hombres armados para defenderse, estaban durmiendo.

"... en el local que ocupa la casa de retiros para grupos cristianos denominada 'El Despertar'..." El que no conozca esta casa, lo invito a conocerla para que vea que no tiene el aspecto de un cuartel, ni tiene las intenciones de fomentar allí guerrilleros, sino que desde hace muchos años viene sirviendo para promover grupos de cristianos con criterios de evangelio, que naturalmente son criterios muy peligrosos en nuestro tiempo. "...propiedad del Arzobispo de San Salvador, situada en San Antonio Abad, de este departamento..."

Sigue el testigo diciendo "...se introdujeron de forma violenta muchos miembros uniformados de la Guardia y Policía Nacional, quienes ingresaron al local referido disparando sus armas. En ese acto un vehículo grande de color verde, de los que denominan tanquetas militares junto a un vehículo jeep militar entraron violentamente al centro de retiros cristianos, ubicándose en el patio central.

En este centro me encontraba -dice el testigo- dirigiendo, junto con el P. Octavio Ortíz Luna, sacerdote católico y diez jóvenes más un encuentro de iniciación cristiana para veintiocho jóvenes varones, cuyas edades oscilan entre los doce y veinte años. Que este lugar se destina para formación cristiana exclusivamente, y no se han propiciado en ese lugar otro tipo de reuniones en las que se conspire contra el Estado, como tampoco que en estas reuniones se sustenten doctrinas anárquicas contrarias al orden público.

Que en este cursillo denominado 'Encuentro de Iniciación Cristiana para jóvenes', y el cual había sido iniciado el día viernes diecinueve de los corrientes a las diecisiete horas, se utilizaron libros de cancioneros católicos, y los instrumentos que ahí se encontraban eran de tipo musical, como guitarras, no existiendo en poder de ninguno de los participantes en dicho encuentro cristiano armas de ninguna clase. Antes de ser capturado por miembros uniformados de la Policía Nacional, pude ver que exactamente enfrente de las oficinas, a la entrada de éstas y casi en la entrada principal se encontraba en el suelo, encima de un 'charco' de sangre el sacerdote Octavio Ortíz, que sangraba de la cabeza.
Los Agentes de la Policía me trasladaron juntamente con una dirigente del equipo de formación cristiana, en un radio-patrulla hacia el cuartel central de la Guardia Nacional, en donde nos interrogaron y donde manifesté todo lo dicho hasta este momento en el presente documento.
Entre los interrogatorios, había también cuestiones acerca del Obispo, si era verdad que llegaba a sembrar la subversión en aquellos centros".

Este comunicado de nuestra Arquidiócesis, al que se irán sumando otros testimonios, gracias a Dios, quiere hacer ver el contraste de la versión de la mentira del Gobierno y la realidad vivida por los testigos.
Ángel MoralesRoberto Orellana

David Alberto CaballeroJorge Alberto Gómez

Veo estas fotos. Son caras de cipotes, como las que vi unos días atrás mientras daba una charla a otros jóvenes. Pienso en los policías, en unos muy jóvenes que me pidieron mis documentos de tránsito la semana pasada. Son jovencitos encargados de dar la cara por el estado en el tema de seguridad pública. Pienso en los soldados que veo patrullando en algunas calles. Son jovencitos igual que los mismos jovencitos que encontré pintando un muro hace unos días,dejando claro que es territorio de su pandilla.

El padre Ortíz apenas tenía 35 años cuando la extinta Guardia Nacional le pasó una tanqueta sobre la cabeza. A los jóvenes los acribillaron a balazos y una vez muertos les pusieron armas en las manos - muy posiblemente las mismas con que fueron asesinados - y les tomaron fotos. Los hicieron ver como "subversivos".  Falsearon, mataron a gente inocente, hicieron lujo de barbarie.

El padre Ortíz trabajaba con jóvenes. Le gustaba. Creía en ello. En medio de la violencia de aquel entonces enseñaba que el compromiso cristiano, la reflexión, la trascendencia del búsqueda del bien común era el camino. En aquel entonces ese discurso era subversivo, como hoy se va volviendo subversivo quien propone caminos de paz y no de violencia.

Ha estado de moda en estos días hablar de la paz, dar largos y vacíos discursos por ella.  La sangre de gente como el P. Ortízy estos catequistas ha abonado el terreno para ella, pero la impunidad, la falta de justicia y castigo ejemplarizante a quienes comandaron los grupos que cometieron estas barbaries tambien ha sembrado semillas de cizaña que hoy brotan por todas partes y que llaman a guerra al menor asomo de signos de búsqueda de la reconciliación a través de pequeños signos de justicia y respeto a las víctimas.

Lo doloroso es que, pese a nuestra historia, el discurso oficial de nuestra sociedad se va volviendo el de ofrecer más violencia ante la violencia. Que permitimos y a veces hasta alabamos a quienes piden guerra, a quienes claman sangre. Y lo que falta es justamente lo contrario. Queremos soluciones inmediatas y contundentes sin pensar en el costo de las soluciones rápidas del pasado.Queremos dar libertinaje al uso de la fuerza y ejercer lo menos posible el uso de la razon. Acostumbrados a la indefensión y al engaño estamos dispuestos a sacrificar la libertad en pos de una supuesta seguridad que no existirá mientas siga estando en primer lugar intereses mezquinos antes que la vida y los derechos de las personas. Es triste.

Bien valdría revisar el testimonio del P. Ortíz, de estos jóvenes comprometidos con su fe, con una causa común y trascendente. Urge no solo que se haga justicia en su caso, pero también urge recoger su testimonio, su ejemplo y el de muchos otros jóvenes que murieron en esos tiempos que también eran peligrosos para ser joven: el ejemplo de quienes optan por un compromiso por el bien en tiempos violentos y peligrosos. El ejemplo de quienes optan por el compromiso por la paz, por la justicia, por la construcción de una comunidad en medio de una realidad dividida, por hacerse del lado de quienes honran la vida.

En el asesinato de estos jóvenes encontramos luces del peligro del ejercicio abusivo del poder. Pero encontramos también una idea que a veces hemos olvidado y que debemos retomar y promover entre los jóvenes, especialmente con nuestro ejemplo: comprometernos con la causa del bien, de promover el bien, la paz, la justicia, la hermandad, el amor, aún en tiempos de turbulencia, de división y muerte. La reflexión y la celebración de la vida, aún cuando estamos rodeados por la barbarie. Generar ese entorno necesario para cambiar este mundo.

Refuerzo esto con con unas frases más de esa homilía de Monseñor Romero, que hoy sigue teniendo tanta vigencia:


El ambiente se ha saturado de brutalidad y es necesario un retorno a la reflexión que haga sentirnos seres racionales capaces de buscar las raíces de nuestros males y realizar sin miedo los cambios audaces y urgentes que necesita nuestra sociedad.

[...]
Este es el gran mensaje de Octavio y los muertos: la figura de este mundo pasa y sólo queda la alegría de haber usado este mundo para haber impulsado allí el reino de Dios. Pasarán por la figura del mundo todos los boatos, todos los triunfos, todos los capitalismos egoístas, todos los falsos éxitos de la vida. Todo eso pasa, lo que no pasa es el amor, el haber convertido en servicio de los demás el dinero, los haberes, el servicio de la profesión, el haber tenido la dicha de compartir y de sentir hermanos a todos los hombres. En la tarde de la vida te juzgarán por el amor. A Octavio y los jóvencitos muertos con él, en eso los ha juzgado Dios el Señor: en el amor.




Víctor

jueves, 19 de enero de 2012

Maya



Los perros no son todo en nuestra vida, pero ellos la hacen completa.
(Roger Caras)

Una parte de mi va a morir hoy.  Hoy que tengo que acompañarte mientras te dejo ir del mundo, mientras te dejo ir. Tuve el privilegio de tenerte en mi vida por diez años. Diez años en que si no hubieras estado mi vida habría sido incompleta. Hoy que estoy a las puertas de decirte adiós para siempre soy un poco más consciente de que me acompaste en los años mas cruciales y que estuviste a mi lado en las noches más oscuras. Que con tu partida quizá cierro un capítulo de mi historia. Una historia que no sería igual si no hubieras estado ahí. 


Siempre deseé que estuvieras en mi vida. Ojala se pudiera para siempre. Ojalá no tuviera que ser yo quien decide que te vayás. Pero no quiero verte sufrir. No soporto verte a vos, tan fuerte siempre, tan amorosa, tan dulce siempre con una angustia de muerte recorriéndote las venas. Perdoname que tenga que decirle al doctor que te duerma. No tengás miedo, que ahi voy a estar para que no te vayás sola. 

Quisiera decirte tanto, pero no van a alcanzarme palabras. Igual y vos siempre has estado más allá de ellas. Siempre has entendido más de mi sin escucharme nada. Es lo más duro decirte adiós. Pero debo dejarte ir. Te amo. Esperame a las puertas del cielo.


Víctor